Despidiendo a Mr.Twenty One

He vuelto por el club, lo recordaba mas limpio la ultima vez que estuve aquí. Por suerte mi mesa, sigue en su sitio. He buscado algo en los armarios, los vasos, para mi asombro están limpios, debe de ser el ecosistema del armario. Adivino el Four Roses entre el polvo, me inclino y lo cojo. No hay cubitos(como era de esperar), pero el tiempo acompaña y este sitio nunca tuvo buena calefacción.

Debería haber limpiado antes de sentarme, pero, para el tiempo que estaré, no merece la pena.
El tocata aún funciona, pensaba que estos trastos con el polvo dejaban de funcionar. Hay poco que buscar la fiebre del CD, quito de en medio los vinilos. Después de un rato mirando encuentro uno de estos discos de vinilo parecidos a un CD en tamaño, y que en su portada reza “Frank Sinatra, My Way”.

Me siento en la silla, y la música inunda el local, me acuerdo cuando el TALGO eléctrico paseaba por debajo de los sofás, cuando los caballos de la granja eran lo único que me podía llevar de viaje para entretenerme.

La luces están bien, podría ser un sitio de tránsito, pero todo lo que termina, termina mal, y si no termina, se contamina más.

Prefiero dejarlo como sitio de culto, sitio oculto, sitio escondido, donde voy y vengo siempre que quiero (Y puedo), sin peligro a que los invitados rompan la vajilla, se beban el whiskey y se coman los panchitos.
Sin peligro a tener que limpiar, porque cada mota de polvo guarda un momento, fugaz, como el paso de los años, que sin darme cuenta mañana serán 22.

Ni me quejo, ni me alegro, este es otro cumpleaños más, no espero nada nuevo, pero no cierro la puerta a que me sorprendan, es más este año intuyo que estas navidades voy a tener alguna sorpresa.

Creo que es hora de marcharse, supongo que habrá gente preguntándose donde estoy.
Cerraré la puerta, algún día de estos volveré a limpiar (Lo juro), y dejaré esto más habitable.

Hasta la próxima.

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